Sin embargo, el verdadero protagonista de Lombardi, el que más canta, es, sin ninguna duda, el coro. El titular del Teatro Real evidenció lo que ya sabíamos: que es magnífico. A las órdenes del maestro José Luis Basso se mostró enérgico, dulce, fraseador, compacto, capaz de medias voces y de cumplir con brillantez a todas las demandas, que son muchas, previstas por Verdi para ellos. El público lo reconoció ampliamente y fue uno de los triunfadores de la velada.

Scherzo
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