«Hay que aplaudir, una vez más, al Coro Titular del Teatro Real que, a las órdenes de José Luis Basso, volvió a triunfar en una obra en la que tiene un grandísimo protagonismo, como ocurre con todos los oratorios de Händel (recordemos que no estamos ante una ópera) y cuyos textos resultan extremadamente complejos de memorizar para ser representarlos escenicamente. El coro se llevó otra las grandes ovaciones de la noche.»