«La parte del león recayó sobre el Coro Titular del Teatro Real en un trance particularmente exigente. Siendo una agrupación operística, con excelentes cantantes solistas, sus miembros no están acostumbrado a tanto estatismo ni a las específicas dificultades que plantea el estilo de Cererols. Distribuido escénicamente según las exigencias de las obras, demostraron una extraordinaria profesionalidad y supieron apurar la expresividad y la intensidad de las dos obras. (…) el director Javier Ulises Illán logró contener las emociones y encauzar y dar realce al mismo tiempo a partituras tan hermosas.»