«El protagonista de la noche fue el Coro. Su intervención en el segundo acto quitaba el aliento. Se oía el sufrimiento creciente de un pueblo condenado a las minas de Siberia, que fue coronado por un forte de la orquesta sobrecogedor. Los contrastes de dinámicas y tempi así como el maravilloso empaste de sus voces conformaron un personaje en sí tan importante y con tanta presencia como los de los protagonistas.»