«Al final, lo que queda es el buen trabajo del Coro Intermezzo, el coro del Teatro Real, y el de los Pequeños Cantores de la JORCAM. El primero alabado por cuanto director musical y de escena que llega a trabajar en este teatro por su calidad vocal y por su calidad actoral. Lo que permite convertirlo en un elemento más de la puesta en escena. Hace juegos de masas musicales que es difícil de ver en otros teatros de ópera y que en esta producción se ven y se oyen bien. Lo que vuelve a confirmar que, no por este trabajo en particular, sino por su trayectoria se merece un gran premio nacional.»